para estar comunicados.
Comenzamos con chistes,
luego las bromas,
después vienen los reproches
y llega el enojo.
Ninguno de los dos llama,
pero estamos pendientes del llamado,
tanto nos queremos,
que al enojo, lo borra
el estar enamorados.
Este amor primaveral,
que en septiembre comenzó,
nuestra vida es otoñal
y nuestro romance floreció.
Suaves, dos palomas,
deslizan al volar,
son nuestros corazones
¡Felices de amar!
María Bertilia Custodio
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